¿Dónde estarán sus verdes miradas?
...Siria, un fascinante país, al que siempre quise ir...
...Siria, para mí, las miradas mas bellas del mundo...
Este mes de Febrero se cumple una década. Corría el mismo mes del año 2006. Ya había hecho la reserva y había pagado la primera parte del viaje. Como siempre, me compré mi guía. Una de esas que no tienen casi ninguna foto y si mucho texto. Los cuatro meses siguientes, disfruté de la dulce espera, leyendo todo lo que podía sobre su cultura, sus paisajes, sus ciudades, monumentos...
Y un buen día, saltó la noticia. La vi en el telediario. Julio de 2006. La zona se había inestabilizado porque Israel y Líbano tenían hostilidades (Así lo definía la noticia). A diez días de empezar mi viaje, la agencia lo anulaba. Con resignación y no sin dolor, renunciaba a empaparme de ese país. Ese verano, recorrí las tierras de Marruecos.
...Pero...
...Siria siempre estaba en los primeros lugares de mis deseos viajeros...
Llegó 2008. Pasé por la Expo de Zaragoza y de allí, a recorrer Siria y Jordania. El día veintisiete de julio a las 10,30 de la mañana, llegaba a Damasco vía Amán.
Un fascinante viaje que me llevaba a enamorarme de su gente. En Damasco visité su Museo Arqueológico, comí en el Palacio de los Omeyas, El Mausoleo de Saladino, subí al monte Casión... pero lo mejor de todo, era encontrarme con los bellos ojos y sus verdes miradas.
Al día siguiente, una parada en el desierto antes de llegar a la soñada Palmira. Allí, en medio de la nada, estaba él con su familia. Jugaba tranquilamente y con bastante timidez me dejó que lo retratara. Junto a él conocí la dureza de la vida en ese lugar y también reí cuando amablemente, me vistieron como una mujer siria.
Luego, Palmira se apoderó de mis sentidos, en uno de los más maravillosos atardeceres que he tenido la inmensa suerte de disfrutar.
Mi viaje continuaba visitando el Crac de los Caballeros y la maravillosa Aphamea. Y en este lugar una de las más bellas historias sentidas.
A lo lejos me vio llegar y se dirigió directamente a saludarme. Un saludo con el lenguaje universal de las sonrisas y las miradas. Llevaba en sus manos unos libritos turísticos y quería que le comprara uno. El guía empezaba a explicarme todo lo relacionado con esas bellas columnas y él... se sentó cómodamente a esperar, a escuchar... no dejaba de clavar sus ojos en los míos y de vez en cuando, me sonreía...cuando el guía terminó, se acercó a mi y una amplia sonrisa iluminó aún más su mirada, cuando le compré ese librito. que con tanto cariño guardo. Luego, recorrió conmigo Aphamea, hasta que al caer la tarde, se despidió.
A lo lejos me vio llegar y se dirigió directamente a saludarme. Un saludo con el lenguaje universal de las sonrisas y las miradas. Llevaba en sus manos unos libritos turísticos y quería que le comprara uno. El guía empezaba a explicarme todo lo relacionado con esas bellas columnas y él... se sentó cómodamente a esperar, a escuchar... no dejaba de clavar sus ojos en los míos y de vez en cuando, me sonreía...cuando el guía terminó, se acercó a mi y una amplia sonrisa iluminó aún más su mirada, cuando le compré ese librito. que con tanto cariño guardo. Luego, recorrió conmigo Aphamea, hasta que al caer la tarde, se despidió.
Recorrí también Alepo, Hama... siempre fascinada por la amabilidad y cercanía de las mujeres, hombres, niños/as de los distintos lugares y por sus rostros, los rostros más bellos del mundo.
He llorado muchísimo desde que empezó esta guerra. He visto y oído miles de imágenes, noticias... he visto la destrucción de los lugares que me hicieron tan feliz, pero sobre todo he llorado por ellos. Sin consuelo me pregunto:
HOY... ¿DÓNDE ESTARÁN SUS VERDES MIRADAS?