miércoles, 7 de septiembre de 2016

Para los niños refugiados, no han comenzado las clases

En estos días comienzan la mayoría de las clases en las escuelas de Europa. Después del periodo vacacional todos los niños vuelven al cole. Todos los maestros preparamos las aulas. Todos las familias llevan a sus hijos a la escuela...Todos... menos las familias Sirias en los campos de refugiados, donde ya nadie recuerda qué es eso del cole.

La mayoría de los niños en los campos de refugiados no asistirán a la escuela, no recibirán ningún tipo de educación y con ello, les será robada la poca esperanza que les reste de una vida mejor.

Cuando leo los  Derechos del Niño, me suenan a un teatro, a una mofa que consuela al que los enuncia, pero que hunde más a quien la padece:
"derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo de todos los niños y niñas"

Niños y mujeres kurdos esperando ayuda en la frontera entre Turquía y Siria (efe)
Basta de palabras. Vayamos a la acción
La realidad es que nos fuimos de vacaciones y hemos regresado sin que nada haya cambiado. Sin a penas darnos cuenta de cómo trascurre el tiempo, y casi sin recordar que, miles de niños refugiados desde Atmeh hasta la Jungla de Calais, desde Katsikas hasta el Campo de Idomeni, no han tenido vacaciones, ni descanso.

En realidad no ha tenido ni siquiera verano. En los campamentos, siempre es invierno, aunque haga calor. Un frío que les llega desde los helados corazones de los responsables europeos que , un año después (sí. ¡hace un año ya!) de la fotografía de Aylan, que le encogió el corazón, ( pero poco, al parecer) todavía continúan sin dar una respuesta dirigida inequívocamente hacia la vida de tantos niños huérfanos, indefensos e inocentes, que deambulan (sí, es verdad, a veces corretean, faltaría más ) en los campos de refugiados.

Solidaridad es Acción
Llevamos ya más de un año de este proyecto y hemos conseguido uno de los objetivos propuestos: hacer visible, desde el colectivo  de personas vinculadas a la educación, la dura realidad de los niños refugiados; promover la solidaridad con ellos y  comprometernos públicamente a trabajar desde la escuela por la sensibilización y la reflexión  de un problema humano, que a fuerza de ser repetitivo en diferentes puntos de la Tierra, pareciera que sea consustancial a la humanidad.

Llega el momento de elevar el tono de voz (hacerlo más alto) mediante un encuentro multitudinario que tuviera una buena repercusión en los medios, y que quizás también llegara a los oídos de los poderes fácticos, que parece ser los únicos que no se enteran

Se acabó el verano. Vamos a mojarnos!!
Es el momento de promover una acogida potente de niños y niñas en las familias de los docentes y allegados que participamos en este proyecto. Nuestra implicación está sobradamente demostrada. Somos educadores y estamos preparados y deseosos de ir un poco más allá.

Una acogida medida por las instituciones adecuadas, que controlen la seguridad de los niños y que organicen junto a este grupo una idea principal: retirar a miles de niños de un ambiente de dolor, miseria, desesperabza y muerte.. Un acogimiento temporal ...mientras dure la barbarie. Se trata de proporcionar un hogar solidario, comprometido y que desea hacerles felices,  que les proporciones de manera sustitutiva el calor y el amor de sus padres, al menos hasta que puedan retornar de nuevo con sus familias mediante procesos, naturales, pero también de de justicia, de reagrupamiento familiar (porque hablar de regresar a sus hogares sería un eufemismo demasiado cruel).

Creo que ha llegado el momento de exigir a las autoridades que faciliten esa acogida, una acogida que garantice:
  • Procesos de asilo y acogimiento a lo niños refugiados de Siria,  rápidos y efectivos.
  • Que no pongan cupos a priori, y sean las propias familias acogedoras las que determinen el número de admisiones en relación a las solicitudes de acogida.
  • La protección de los menores mediante un control exhaustivo de los acogimientos.
  • El compromiso de trabajar por la reunificación familiar en España, o fuera de ella.
  • El apoyo técnico a las familias y el apoyo psicológico y educativo para todos los niños acogidos.
  • La creación de grupos de profesorado voluntarios que apoyen la escolarización de los niños y niñas acogidos en los centros educativos públicos y privados, siendo estos facilitadores de la integración de los refugiados.
Soy consciente que las ciudades y países de acogida se enfrentan a una dificultad para adaptarse a las necesidades de los niños refugiados, que representan más de la mitad de la población refugiada. Pero por ello,  las familias nos constituimos como abanderados del proyecto, y los maestros nos ponemos al frente de él.

Conocemos el sistema escolar, sabemos de sus tiene dificultades para acoger una gran cantidad de niños refugiados. ¿Pero cuántos pueden venir a cada colegio? En España hay unos 28.000 colegios. Sólo un niño por colegio no es tanto. No supone ninguna carga.

La solidaridad se hace siendo solidario. 
Las familias de acogida nos encargaríamos de lo demás. Es una petición no exenta de imprecisiones, soy consciente de ello. Pero es una petición desesperada que haga frente a una emergencia real.

En acogida a refugiados tenemos experiencia. Decenas de asociaciones de Amigos del pueblo Saharahui han estado haciendo esto desde hace varias décadas...y continúan en ello.

Maldita administración que impone leyes de fronteras y normas estrictas para acogida...y mientras, los niños son secuestrados, maltratados , o simplemente, mueren en la espera.  Muchos ciudadanos nos sentimos inmensamente tristes cuando sabemos que nuestra casa hay sitio para ellos y estamos dispuestos a ofrecerla.

También, cuando estamos a punto de comenzar las clases, muchos maestros nos sentimos impotentes al saber que nuestras escuelas, injustamente, no son para todos.

Sólo os pido, compañeros maestros solidarios, que todos los que queráis opinar sobre este tema, dejéis un comentario a este post. Breve, si acaso,  pero que se cuenten por miles.  Comentarios que,  a modo de firma, sean un grito civilizado  y enérgico en busca de una solución, que ya hoy es, más que necesaria, urgente.