jueves, 14 de enero de 2016

Si no es para formar mejores personas, ¿para qué educamos?

Los profesionales de la educación nos quejamos mucho del currículum y sus contenidos. De su rigidez, de la poca actualización y la falta de conexión con la realidad de nuestros alumnos y del mundo. Por ello, son imprescindibles proyectos educativos como este de Maestros con los niños de Siria u otros como ABPRefugiados que nos dan con la realidad en la cara y que surgen por iniciativas de educadores preocupados por las necesidades de los demás.

Personal de @SyriaCivilDef Fuente: @Marodriguez71

Foto de @fabbio_buccia Fuente: @Marodriguez71








Hay muchos motivos para trabajar la crisis de los refugiados sirios en el aula. Podemos utilizar este conflicto para hablar y estudiar los flujos migratorios en Geografía, sus causas, sus tipos, sus consecuencias... Podemos en las clases de Matemáticas aprender sobre fracciones o porcentajes a partir del número de población en Siria antes y después de esta guerra. Podemos en Historia hablar de la guerra y tomar como ejemplo Siria, así veremos de primera mano el origen, las causas, el desarrollo y las consecuencias de un hecho histórico tan devastador. Incluso en esas clases de tutoría que hay en algunos cursos podemos trabajar la crisis siria. Qué decir de asignaturas como Ética o Educación para la Ciudadanía.

Pero no. No me gustaría trabajar en clase la desgracia ajena, la muerte, el abandono, la violencia, la miseria, el hambre o la pérdida de seres queridos porque pueda formar parte de un currículum. Tenemos que trabajarlo por DIGNIDAD y HUMANIDAD. Y porque nosotros, maestros, profesores y educadores tenemos una obligación para con el mundo, porque estos estudiantes y alumnos que tenemos ahora serán los ciudadanos del mañana.
Foto de @Samuel_Aranda_ Premio Nikon 2015 Fuente: @Marodriguez71
No quisiera que mis hijos o mis antiguos alumnos fueran grandes sabios en matemáticas o historia y magníficos científicos o grandes literatos si después, como personas, son egoístas, insensibles e insolidarios con las necesidades de los demás.

Yo no doy clase simplemente para dar unas asignaturas y que mis alumnos aprendan unos contenidos. Sí, llamadme iluso. Como profesor y educador creo firmemente que la educación puede transformar el mundo

Porque si no es para formar mejores personas, ¿para qué educamos?

Alejandro Gámiz