Hay dos conceptos que son
muy importantes trabajar en el aula: la empatía y la compasión.
Es realmente difícil llegar
a sentir lo que encierra el término griego EMPATÍA [empatheia: sentir dentro]: tener la cualidad de percibir el mundo
interior de otro como si fuera el
tuyo propio, sin olvidar ese como si
fuera.
Dicen que la empatía guarda
una relación positiva con un tipo de personalidad creativa. Estudios con
adolescentes han concluido que para establecer relaciones de empatía es necesaria
una estabilidad emocional.
Otro concepto de especial
relevancia para la educación integral del alumnado en el contexto escolar es la
COMPASIÓN (del
latín tardío compassio). Más
intensa que la empatía, la compasión es la percepción y comprensión del
sufrimiento del otro, y el deseo de aliviar, reducir o eliminar por completo
tal sufrimiento.
La inquietud por hacerles
sentir estos dos conceptos me ha llevado a realizar tareas con mi alumnado para
conseguirlo. Y es a través de uno de estos trabajos como nos acercamos a la realidad de los niños sirios.
El día 11 de Enero comencé
mi clase, como cada día, con una sesión de
Mindfulness. Pero esta vez dedicada a la empatía.
Trabajamos la empatía con mindfulness from María Camacho
Tras unos minutos de respiración
consciente, hemos leído este texto fruto del recuerdo de las noticias de carácter
humano que más me han impactado en estos últimos meses:
Mientras
esperan la huida los niños, porque siguen siendo niños, ajenos a la tragedia
que viven, juegan. No juegan en bonitos parques, usan montañas de escombros y
la miseria de la guerra. Los terraplenes de derribos se convierten en
improvisados toboganes.
Siria
es un lugar hostil: la falta de dinero no permite comer diariamente, no hay
acceso a las medicinas,…, pero los niños juegan.
Este
es un éxodo de familias enteras.
Los
padres no tienen nada que dar a sus hijos. Escapan del horror de la guerra, la masacre,…Familias
enteras que dejan sus hogares, sus amigos, sus recuerdos,…Parten sin nada, con
las manos vacías que las mafias arañan…Llegan sin papeles, sin dinero, sin
ropas,…Huyen hacia un mundo mejor, emprenden un camino de promesas. Pero al
tocar suelo europeo, las dificultades
continúan, no se respetan los acuerdos de asilo y refugio firmados.
Da
escalofríos conocer el número de personas de un lugar por los sándwiches regalados, (“sabemos que 12.000 refugiados
han llegado en los cuatro últimos meses, porque hemos regalados 12.000 sándwiches”,
comenta una voluntaria en la isla de Lesbos”).
Junto a este texto, hemos
proyectado dos imágenes procedentes de publicaciones de Twitter.
Los medios de comunicación,
conocedores de la fuerza de las imágenes, nos lanzan fotografías que nos
duelen, pero que ayudan a conocer esta dura realidad. Realidad que hace a la
gente solidaria. Máxime cuando se llegan a conocer a los protagonistas de estas
tristes historias.
A la izquierda un padre sirio se abraza llorando a sus
hijos al tocar suelo griego. A la derecha la misma familia pasado unos días.
A la izquierda, el horror de
la guerra (calaveras, muertos, sangre…). A la derecha, una familia llegando a
su hogar.
Hora de debatir y de sacar conclusiones.
En este Storify recogemos
las voces de nuestros estudiantes de segundo de bachillerato (Rutas Turísticas
por España y Andalucía) del IES Las Lagunas, Mijas.
Mª Adela Camacho Manarel
@camachomanarel