jueves, 14 de enero de 2016

Sin palabras

Hay dos conceptos que son muy importantes trabajar en el aula: la empatía y la compasión.
Es realmente difícil llegar a sentir lo que encierra el término griego EMPATÍA [empatheia: sentir dentro]: tener la cualidad de percibir el mundo interior de otro como si fuera el tuyo propio, sin olvidar ese como si fuera.

Dicen que la empatía guarda una relación positiva con un tipo de personalidad creativa. Estudios con adolescentes han concluido que para establecer relaciones de empatía es necesaria una estabilidad emocional.

Otro concepto de especial relevancia para la educación integral del alumnado en el contexto escolar es la COMPASIÓN (del latín tardío compassio). Más intensa que la empatía, la compasión es la percepción y comprensión del sufrimiento del otro, y el deseo de aliviar, reducir o eliminar por completo tal sufrimiento.

La inquietud por hacerles sentir estos dos conceptos me ha llevado a realizar tareas con mi alumnado para conseguirlo. Y es a través de uno de estos trabajos como  nos acercamos a la realidad de los niños sirios.


El día 11 de Enero comencé mi clase, como cada día, con una sesión  de Mindfulness. Pero esta vez dedicada a la empatía.


Trabajamos la empatía con mindfulness from María Camacho

Tras unos minutos de respiración consciente, hemos leído este texto fruto del recuerdo de las noticias de carácter humano que más me han impactado en estos últimos meses:

Mientras esperan la huida los niños, porque siguen siendo niños, ajenos a la tragedia que viven, juegan. No juegan en bonitos parques, usan montañas de escombros y la miseria de la guerra. Los terraplenes de derribos se convierten en improvisados toboganes.
Siria es un lugar hostil: la falta de dinero no permite comer diariamente, no hay acceso a las medicinas,…, pero los niños juegan.
Este es un éxodo de familias enteras.
Los padres no tienen nada que dar a sus hijos. Escapan del  horror de la guerra, la masacre,…Familias enteras que dejan sus hogares, sus amigos, sus recuerdos,…Parten sin nada, con las manos vacías que las mafias arañan…Llegan sin papeles, sin dinero, sin ropas,…Huyen hacia un mundo mejor, emprenden un camino de promesas. Pero al tocar suelo europeo,  las dificultades continúan, no se respetan los acuerdos de asilo y refugio firmados.
Da escalofríos conocer el número de personas de un lugar por los sándwiches  regalados, (“sabemos que 12.000 refugiados han llegado en los cuatro últimos meses, porque hemos regalados 12.000 sándwiches”, comenta una voluntaria en la isla de Lesbos”).

Junto a este texto, hemos proyectado dos imágenes procedentes de publicaciones de Twitter.

Los medios de comunicación, conocedores de la fuerza de las imágenes, nos lanzan fotografías que nos duelen, pero que ayudan a conocer esta dura realidad. Realidad que hace a la gente solidaria. Máxime cuando se llegan a conocer a los protagonistas de estas tristes historias.


A la izquierda un padre sirio se abraza llorando a sus hijos al tocar suelo griego. A la derecha la misma familia pasado unos días.


A la izquierda, el horror de la guerra (calaveras, muertos, sangre…). A la derecha, una familia llegando a su hogar. 

Hora de debatir y de sacar conclusiones.


En este Storify recogemos las voces de nuestros estudiantes de segundo de bachillerato (Rutas Turísticas por España y Andalucía) del IES Las Lagunas, Mijas.