martes, 19 de enero de 2016

La Manta de la Vida


La Manta de la Vida, tejiendo por Siria.

Hace unos meses se llevó a cabo este proyecto que sería bueno que se le contase a los niños y las niñas para que así ellos y ellas se sintieran partícipes de su propia aportación a la ayuda humanitaria. Se trata de hacer punto o crochet, de tejer para ayudar a combatir el frío del invierno. 

LA MANTA DE LA VIDA

Cierra los ojos. Ahora deja volar tu mente y llévala a una de las muchas ciudades sirias que vemos desde hace unos meses en las noticias. Acércate un poco más, podrás ver los edificios derruidos por los bombardeos, y las calles y los coches grises, completamente cubiertos de ceniza. Sigue aproximándote. ¿Qué es ese puntito rosa que se mueve por la calle? ¿Y ese amarillo? ¿Y el verde? ¿Qué son todas esas manchitas de colores que van saliendo de las esquinas?
Marta sabe lo que son. Nos lo ha contado, y hoy nosotros vamos a contártelo.
Han pasado más de tres meses desde el día en que Marta vio por la calle un cartel de la Asociación Amigos del Pueblo Sirio pidiendo mantas y comida en lata para enviar al país en guerra. Han pasado más de tres meses desde que a Marta, cansada de ver por la televisión cómo eran tratados los refugiados que huían de su país, mientras los políticos de turno sacaban pecho, se le encendiese una bombillita.
Llevaba tiempo preguntándose qué ocurría con todas las personas que, por falta de recursos económicos o por otros motivos, se habían tenido que quedar en Siria tras cuatro años en guerra. Finalmente, debido al pasotismo de los gobiernos y de la Comunidad Internacional, decidió ponerse manos a la obra por su cuenta.
Comenzó a tejer su propia manta. Pronto, otras amigas tejedoras hicieron lo mismo. Y cada vez más. Fue así como el 5 de septiembre de 2015 crearon en Facebook un grupo llamado “La manta de la vida”. Un grupo al que durante el primer fin de semana de vida se unieron más de 1.500 personas procedentes de toda España. El proyecto finalizó el 18 de octubre, con una comunidad online de más de 4.500 personas, y una offline que no hemos podido cuantificar, pero que incluye numerosas residencias de ancianos en las que las personas han dedicado parte de su tiempo a tejer en grupo, tiendas de lanas, etc. Gracias a la colaboración de otras voluntarias lograron establecer 56 puntos de recogida de mantas por toda España, sin olvidar las islas. La Fundación Seur también puso su granito de arena, y corrió con los gastos de envío desde todos estos puntos de recogida hasta  la nave con la que cuenta la Asociación Amigos del Pueblo Sirio a las afueras de Madrid.
4.135 mantas. 4.135, esa es la cifra de mantas que llegaron a la nave. Muchas de ellas colaborativas, alguna que otra de gente que ya no está. Marta nos cuenta el caso de una mujer cuya madre había fallecido y que tenía trozos preparados para hacer una manta. Como la mujer no sabía tejer buscó a través del grupo de Facebook a alguien que los uniese para poder donarla. Una vez allí fueron cuidadosamente empaquetadas en bolsas transparentes con un mensaje escrito en árabe y en español: “Estamos con vosotros”. Muy sencillo y muy claro. Eran conscientes de todo lo que significaría para las personas que las recibiesen saber que no todo el mundo se había olvidado de ellos.
El 31 de octubre salieron de la nave hacia Valencia los dos primeros contenedores cargados con las mantas, además de con ayuda humanitaria, material sanitario, camillas, comida y juguetes. Los siguientes dos contenedores partieron el 21 de noviembre. Sus destinos eran unas de las zonas más devastadas y castigadas por la guerra: Hama y Aleppo. Una vez en Valencia fueron cargados en un barco que los llevaría hasta Turquía, donde un tráiler los transportaría hasta la frontera con Siria. Allí serían recepcionados por la contraparte Siria de la ONG y los distribuirían en camiones más pequeños que, a través de un pasillo humanitario, entrarían en las zonas más afectadas del país. Según sus cálculos el primer envío debe de estar a punto de llegar; el segundo llegará a finales de año.
...Sabe de primera mano lo que significa hacer una manta con un fin benéfico. Sabe lo mucho que significa para quien la recibe y para quien la hace. Estas mantas arroparán de una manera especial.
A día de hoy numerosas personas de todo el mundo han continuado con el proyecto que inició Marta. Se están enviando mantas a Siria procedentes de Costa Rica, Francia, Holanda, Estados Unidos, Finlandia, Chile, Argentina, etc. Cuando estas mantas lleguen a su destino se convertirán en otro puntito de color sobre los hombros de alguna persona en medio de la destrucción, en pequeñas pinceladas de esperanza para todas aquellas personas que viven sin poder salir de un país en guerra.
Marta Blanco es arquitecta. Como muchas otras personas debido a la crisis ha tenido que reinventarse. Actualmente imparte clases de punto y ganchillo en una pequeña tienda de lanas en el centro de Madrid, cerca del Metro Argüelles. Sin embargo tiene un sueño, un proyecto que la alejaría, temporalmente, de las agujas y de las lanas: participar en la reconstrucción de Siria cuando termine la guerra.

Propuesta

Podría hacerse un proyecto nuevo, por ejemplo TEJIENDO BUFANDAS POR SIRIA, con él se podrían aliviar los fríos del invierno para esos niños y niñas que han quedado sin nada.

Os lo dejo como propuesta para hacer con el alumnado.
¡Ánimo y a tejer, Siria nos necesita! Saludos.

Dolores Álvarez Peralías
@peralias